(Tomado de Un Grano de Maíz)
La enfermedad de Chávez evidenció el problema del poder, apareció el móvil central de la política despojado de afeites. Se desató una dinámica que persiste a pesar de la sanación del Comandante. Es así, la lucha por el poder escaló elevados niveles de antagonismo y no puede detenerse.
En Venezuela vivimos la agudización de una batalla que ya no se contiene en lo puramente electoral, rebasa los límites de lo establecido. Quién mejor comprenda esta nueva situación tendrá ventaja en el momento del enfrentamiento inevitable.
El problema del poder es visto por la contrarrevolución más allá de lo electoral, construyen un proyecto de país que implica la llegada al gobierno a cualquier costo. Poco a poco se perfilan las vías, todas son afluentes de la intención central: la toma del poder.
Es así que hoy tienen el objetivo de desdibujar el liderazgo de Chávez: intentan confundir líder con administrador. Cuando el Comandante delega funciones administrativas, las viudas veraniegas del hiperliderazgo y los escuálidos hacen fiesta porque piensan que eso significaría pérdida del liderazgo que soporta a la Revolución.
Con la misma intención de deteriorar su imagen, exigen del líder condiciones físicas como si de una olimpiada se tratara, como si de la disputa de un maratón se tratara. Si así fuese, el mejor líder sería Messi o Arango.
Mientras esto sucede, mientras ponen en el centro de la disputa la imagen de Chávez, preparan lo que ellos llaman transición, que en realidad es un golpe. La disputa del poder no desprecia ninguna vía, los oligarcas no respetan leyes ni tradiciones, su vocación de dominio está por sobre todas las cosas.
Los Revolucionarios debemos prepararnos para defender las conquistas de la Revolución contra cualquier eventualidad. No podemos caer en la ingenuidad de pensar que los antagonismos sociales, cada día más agudizados, se resolverán con elecciones, éstas son sólo una estación en el camino.
Está comprobado por la historia, que los procesos revolucionarios que se ilusionan con las leyes burguesas, con sus métodos, y piensan que en ellas comienza y termina toda la política, un día, siempre tarde, descubren que la oligarquía, con más visión de poder, los derrota por vías no contempladas en las leyes.
El Chile de Allende nos alerta, allí la tan cacareada "transición" se mostró en todos sus detalles. Es mentira que la oligarquía prepara una transición pacífica de acuerdo a las leyes, al contrario, con sordina preparan una "transición" tipo pinochet. Recordemos que aún no reconocen al CNE, ni condenan el magnicidio, todos los días susurran a los militares. Ese es su verdadero talante.
La Revolución debe prepararse para su defensa en cualquier terreno. En el 2012 es necesario ganar para hacer los cambios que nos liberen definitivamente de la lógica burguesa, de sus valores y sus formas de legitimación. La Revolución debe construir otras formas de legitimación, de certificación, más allá de las elecciones burguesas.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!